domingo, mayo 15, 2005
Es probable que, con el tiempo, los escalones que se ve�an tan consistentes vayan cediendo poco a poco, llen�ndose de grietas a cada paso del gigante que sube por ellas una vez al d�a y baja por ellas una vez al d�a. Cuando se derrumben, sin embargo, no existir� nadie m�s que pueda mirarlas. De hecho, el gigante estar� ya ciego, seguramente, y tan viejo que ni siquiera sentir� la ca�da. Camina como muerto desde hace a�os, tarareando casi imperceptiblemente la �nica canci�n que recuerda, la que le cantaba su madre gigante cuando lo mec�a en su cuna gigante, all� por la �poca en al que no era delito ser gigante y todos viv�amos m�s felices.
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9:54 p. m.
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