miércoles, agosto 03, 2005
Una polilla pequeñita más Una polilla pequeñita yace muerta en el piso. Fui el único testigo de sus últimos movimientos, una pocas convulsiones que parecían esfuerzos sin mucho sentido por alzar el vuelo una vez más. Estoy seguro de que algo pasaba por su cabeza. Jamás se cuestinó el sentido de la existencia, jamás sintió algo parecido al miedo por lo que pudiera venir después, como un tallo que crece y luego chau. Pero algo había.
Se pierden la polillas, las que viven en la universidad, al menos, de cosas maravillosas, ineludibles. Yo creo que no vale la pena ser polilla y revolcarse antes de morir, creyendo, o fingiendo creer, que lucha aún por vivir, que no se va a ir de aquí sin pelear hasta el último segundo. Acabo de mirar y sigue muerta, todavía. Si llegara a moverse, sin embargo, tendría que escribir un post aclaratorio, explicando cómo sí vale la pena ser polilla y luchar y morir. Vamos a ver qué pasa.
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7:41 p. m.
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