miércoles, agosto 09, 2006
and when it lands will my eyes be closed or open? Björk, Hypperballad
No es algo fortuito ni poco usual. Cada tanto me dejo tentar por las palabras horribles de los demás y me vuelvo un poco loco yo mismo. Cierro los ojos (como me gusta en circunstancias totalmente distintas) y me dejo llevar por el sentimiento particular que me llena y que me aprieta la garganta, el esófago. Y, como me falta el aire, los dedos y las manos se vuelven más ligeros, porque parecen moverse más rápidamente, buscando inconteniblemente la forma de librarse del asesino, y entonces lo poco que me queda de autocontrol se muere por completo. No escribo irracionalmente, sin embargo. Siento que siento cada palabra en el fondo de mi ser, y podría repetirla en cualquier otra ocasión porque es lo que pienso, porque la rabia, a pesar de todo, no me nubla tanto como parece y no me vuelvo tan loco, al menos no en ese sentido. No es a pensar distinto a lo que me lleva. Mi rabia, que es también en algún momento odio contra mí mismo, me obliga, simplemente, a escribir precisamente eso que pienso, y a mandarlo tal y como lo escribo. La rabia, esa desesperanza general, ese estar físicamente enfermo me obliga, al parecer, a mostrarme exactamente como soy, a ser todo lo que soy y que en general parece contenerse ante la visión de un mundo que no se merece absolutamente nada más. Entiendo entonces esas tristes palabras sobre el fuego que tanto escuchaba y siento ese (¿mismo?) fuego dentro de mí... Los momentos posteriores son generalmente imposibles de soportar, y me recrimino ser yo mismo, dejarme ser yo mismo y, tal vez, dejarme ver abiertamente quién soy; ver así, con los ojos abiertos. ¿No valdría más, siempre, que estuvieran cerrados?
Permalink
1:10 a. m.
|
|