I will take the sun in my mouth
And leap into the ripe air
Alive with closed eyes
To dash against darkness
Björk, Sun in my mouth
Sentirse vivo. Cerrar efectivamente los ojos a 80 kilómetros por hora y no pensar en nada, sentir el viento y el pecho que se estira hacia adelante, sin miedo, infinito y valiente. Cerrar los ojos y sentirse vivo, y abrir la boca despacio para recibir el viento que se cuela, refrescante, frío... Cerrar lo ojos y no saber dónde está; saber sólo que se está y que, de alguna forma se va, y que nada es igual a hace un segundo. El cuerpo se deshace poco a poco, al tiempo que se siente en cada momento, como una masa enorme que se condensa en la garganta, o un poquito debajo; un único punto en el que, en cada segundo, se suma más materia, materia pura, informe, como si cada molécula de lo que soy quisiera volverse una con todas las otras. El punto exacto donde está y debe estar el alma, donde debería estar toda la materia.
My Flesh is not my flesh anymore, but it is nobody´s flesh. My flesh, alive.
Will I complete the mystery
Of my flesh
My flesh